El prodigio de La Masia desata su magia…
En La Masia, el laboratorio de talentos del Barça, están creando un nuevo hechicero del balón capaz de hacer jugadas que rivalizarían con cualquier truco de Harry Potter. Ebrima Tunkara, la joya de 15 años (más joven que tu primera cuenta en redes sociales), ya está dejando huella en la capital catalana como el Messi de los taconazos. Apenas han pasado 7 partidos y ya acumula más goles que excusas para un examen no aprobado.
Bajo la atenta mirada del maestro Francesc Bosh, Ebrima hizo su esperado debut con la selección española sub 16, provocando en los defensas turcos un fenómenos de bloqueo mental que ni un genio psiquiatra podría resolver. ¡Solo 25 minutos y los hizo parecer conos de entrenamiento! Su gol fue una obra digna de exposición en el Louvre: estrella la pelota en el palo como quien besa dos veces a su abuela, la recoge con la tranquilidad zen de un monje y culmina con un taconazo que dejó boquiabierto al portero pensando en cambiar de oficio.
El Estadio Guillermo Amor de Benidorm fue testigo de lo que podría ser el capítulo perdurable de ‘Ebrima y el asombroso chispazo del taconazo’. Porque, amigos míos, si La Masia es la fábrica de fútbol, Ebrima es el chocolate suizo que derrite corazones y porta al Barça otra vez a la palestra como la mejor fábrica de promesas del planeta Tierra y más allá.