Una despedida que saca sonrisas y lágrimas…
Mar Ballester, esposa del célebre doctor del Barça Carles Miñarro, decidió recordar a su marido de un modo particular. Mientras el mundo lloraba su pérdida, ella escribió un mensaje que tocó los corazones y arrancó alguna sonrisa: «Con un nudo en la garganta y una lágrima en el ojo, os comunico que Carles ha decidido irse de concentración eterna… ¡Lo echaremos de menos entre goles y abrazos!».
El presidente del club, Joan Laporta, se unió a la despedida, confesando que el vestuario estaba más triste que cuando Messi dijo adiós. «Perder a Carles ha sido como perder a nuestro Messi de la bata blanca. Un médico genial que nos mantenía a todos sanos y sonriendo». Sin duda, una gran persona que deja un agujero del tamaño de un balón en el corazón del equipo.
El partido contra Osasuna, que prometía goles y emociones, fue suspendido, demostrando que hasta los balones tienen su corazoncito. Osasuna, amable anfitrión, ofreció hombros para llorar y amigos para recordar. Parece que, al menos por un día, el fútbol entendió que hay victorias y despedidas que valen más que un partido.