¿Nico seguirá los pasos de su hermano Iñaki?…

En la ciudad del relax futbolístico y el kalimotxo, el Athletic tiene a Nico Williams bailando en la cuerda floja como si fuera un trapecista en plena nebula roja. Con su contrato invitado a la fiesta de las renovaciones, el joven intrépido se fue de vacaciones dejando al presidente del club con una ceja levantada más alta que una torre de tortilla española. Ni Bayern ni Barcelona quieren dejar pasar el veranito sin robarle un guiño, mientras el precio de salida revienta más tablas que una feria de chorizos: ¡58 millones del ala!

Mientras tanto, Iñaki Williams, el hermano mayor y estrella fugaz en la galaxia Athletic desde 2019, surfea con las cláusulas cual rey del sardineo de alta mar. Su contrato es tan largo que podría hacer la vuelta al mundo en lata de anchoas tres veces, estando tranquilamente atado hasta 2028 como un cohete espacial con escudo de león. Pero Nico, el joven león, se balancea entre darle un beso al escudo o dejarse abrazar por los secretos de una aventura internacional.

El Athletic, armado hasta los dientes con contratos y esperanzas, plantea a Nico un dilema más grande que decidir entre paella o fabada. Si quiere surcar otros mares, que su pluma haga magia con contratos jugosos. Pero si su corazón retumba al ritmo de San Mamés y su plan incluye acrobacias en Champions, que se quede en casa con sus botas bien atadas y la camiseta bañada en gloria rojiblanca. Pero eso sí, mientras tanto, el misterioso capítulo de la renovación espera entre potes y bromas de vestuario.