Un espectáculo lleno de magia culé…
Cuando el Barça decide montar una fiesta, lo hace a lo grande. Con la presión del Atlético de Madrid respirándoles en la nuca, los culés se enfrentaron a la Real Sociedad como quien juega un partida de parchís. Pero al minuto 17, llegó el “ohh” del público con la roja a Aritz. A partir de ahí, el Barça se apoderó del campo como si fuera su propia sala de estar, demostrando que sus defensas también llevan el ritmo en la sangre.
Dani Olmo, reincidente en hacer travesuras, encandiló a todos con su habilidad en espacios tan pequeños que ni una hormiga cabe. Deleitando con sus pases mágicos, sirvió goles en bandeja a Gerard Martín y Marc Casadó. Pedri y él, cual Harry Potter y su varita, hipnotizaron la pelota.
Gerard debutó como goleador en una noche tan brillante que hasta las estrellas les guiñaban el ojo. Junto a Casadó, estrenaron marcador y sonrisas. Araujo también se sumó al espectáculo, recordándonos por qué nos encantan los defensas con espíritu de delantero.
Mientras tanto, Gavi observaba desde el banquillo, en un acto de máxima contemplación que nos hace preguntarnos: ¿Está ahorrando energía para su próximo truco? Ocho golazos en dos partidos y Lewandowski en modo Pichichi… ¡El Barça está para comerse el mundo entero!