Canaletas: la fuente de la locura culé…
¡Ah, la Fuente de Canaletas! Ese chorro de agua que cada vez que suena «campeones» se transforma en Champagne de los dioses culés. Desde principios del siglo pasado, esta fuente ha sido testigo de más abrazos de desconocidos que un entrenador en la final de la Champions. Es que, donde antes se escurrían las penas de partidos perdidos, ahora fluyen ríos y ríos de alegría blaugrana, formando algo así como un Amazonas de emociones del Barça. La tradición comenzó cuando algunos vecinos curiosos empezaron a leer los resultados del club colgados en el escaparate del diario deportivo La Rambla. ¡Y zas! Como si fuera un gol de chilena, la gente se fue reuniendo hasta que Canaletas se convirtió en el coliseo romano de todas las celebraciones del Barça.
Ubicada en el genial número 133 de La Rambla, esta fuente es tan mítica como la camiseta número 10. En cada gran victoria, Canaletas se viste con los colores azul y grana como un pavo real en plena fiesta. Todos los seguidores llegan bailando desde cualquier rincón de Barcelona, porque llegar allí es más fácil que marcar un gol a puerta vacía. Solo hay que tomar el metro hasta la estación «Catalunya» y caminar dos minutitos, o trepar a un tren o bus para llegar a este punto neurálgico del alcance culé.
Celebrar en Canaletas es como tener un abono vitalicio al teatro más colorido. Se convierte en el estadio donde las gradas son las estrellas del cielo nocturno, y el rugido es el latido de los aficionados. Cada gol es un himno y cada copa, un motivo para echar la vista al cielo y gritarle al ‘uni-verso’ que el Barça es lo mejor que le ha pasado desde que existe la paella. Es una efervescencia que hace palpitar la ciudad, integrando la historia y el fervor culé en un abrazo perenne. ¡Visca el Barça y visca Canaletas!