Remontada épica estilo telenovela…

Hay equipos que juegan al fútbol, pero el Barça decidió jugar a una versión no oficial del kung-fú con goles dignos de una telenovela. En un Montjuïc iluminado cual Estadio Olímpico 24/7, se enfrentaron a un Inter tan confiado que parecía estar jugando una partida de ajedrez con piezas de Lego. Los chicos bajo las órdenes del sabio Hansi Flick decidieron demostrar que el arte de recibir goles es una lección magistral para el corazón. ¡Encajaron tres, casi como si fuera una competición secreta por colección!

Al más puro estilo Rocky Balboa, los azulgranas se levantaron después de cada puñetazo interista. Marcus Thuram y Dumfries casi convierten a los defensas culés en estatuas de cera para el Museo de la Inoperancia. Pero antes de la alarma del descanso, el mágico Lamine Yamal y Ferran llamaron a la puerta del destino con goles cual globos sorpresa en una fiesta de cumpleaños. En la segunda parte, uno pensaría que el Barça estaba rodando un capítulo de «Perdiendo capas en defensa». Sin embargo, ¡zas!, empate gracias a un autogol de Sommer que probablemente ya tiene su propio fan club.

La estrella de la noche, Lamine Yamal, jugó como si hubiera venido directo de Krypton, estableciendo récords a la velocidad de la luz. Con él, el Barça no solo abre la posibilidad de escribir otro guion heroico en San Siro, sino que demuestra con humor que mejor recoger trocitos de goles que lágrimas. Entre tanto drama defensivo, Raphinha se entregó a un papel de líder optimista, porque después de todo, la emoción del fútbol siempre necesita una broma loca para acabar con un «Continuará…» perfectamente programado para el 6 de junio.