Barça y Nico: más rotos que la tortilla de un chef novato…
En una reunión más tensa que la final de la Champions en la tanda de penaltis, el Barça y Nico Williams no lograron ponerse de acuerdo. Parecía un duelo de baile entre dos robots con salero, pero sin ritmo. Aquellos con la esperanza de ver a Nico aterrizar en el Camp Nou tendrán que seguir viendo su magia desde la distancia, porque parece que ni aunque lo intentasen con un pase de Messi, hubieran llegado a entenderse.
El motivo de la discordia merecería una telenovela. En lo que parecía una operación de cirugía estética de alta precisión, la inscripción de Nico se convirtió en el Everest del papeleo futbolístico. Ni con la ayuda de un genio de lámpara mágica pudieron resolver este embrollo burocrático que dejó a todos con la boca abierta y las manos vacías.
Al final, el Barça se va a tener que conformar con mirar a Nico desde una pantalla, soñando con algo que nunca fue. Mientras tanto, Nico seguirá lanzando regates más rápidos que un coche de Fórmula 1, pero lejos del Camp Nou. ¡Que alguien le avise a Batman que hay un nuevo villano en la ciudad: el papeleo futbolístico!