Jugadores clave en el limbo contractual
¡Atención, culés y culés de sofá! Mientras el Barça sigue con su proyecto «futurista» firmando a todos menos al gato, hay tres mosqueteros que están esperando pacientemente en el banquillo de los contratos. Ferran Torres, Koundé y Raphinha se están echando partidas de parchís mientras el club decide cuándo tendrán su turno en la mesa de negociaciones.
Ronald Araujo, Cubarsí, Pedri y Gavi ya han sacado su billete hacia el 2026 gracias a la oleada de renovaciones que el Barça ha gestionado con maestría. Sin embargo, nuestros tres protagonistas del día, Ferran, Koundé y Raphinha, se están quedando a dos velas, pero no porque les falte el amor culé, sino porque su contrato caduca en 2027 y, al parecer, en el Camp Nou hay otras prioridades.
La Directiva culé ha estado tan ocupada jugando al ajedrez con el mercado de invierno que ni se acordaron del pobre Ansu Fati, otro que está en la cuerda floja de los contratos. Ansu es como ese calcetín solitario que siempre aparece cuando no lo necesitamos, y aún no se sabe si le renovarán o si acabará en el cajón de los traspasos.
Sobre el tablero de ajedrez de la directiva azulgrana, las piezas han bailado durante el invierno. Con nombres como Christensen, Eric García, y Lewandowski en la lista interminable de jugadores a revisar, parece que renovar a Ferran, Koundé y Raphinha es como buscar una aguja en un pajar. Pero, tranquilos, que las cosas de palacio van despacio, y estos cracks tienen contrato hasta 2027.
Mientras tanto, Ferran ha sumado 10 goles con la camiseta azulgrana, Koundé ha defendido como un auténtico mosquetero en 36 batallas, y Raphinha ha repartido magia por el campo. Decididos a quedarse, ellos se han tomado la espera con la filosofía del «tranquil, que tot anirà bé».
Así que, queridos seguidores, paciencia. Todo se andará y quizás algún día el Barça nos sorprenda con un combo de renovaciones que sería la envidia de cualquier telenovela. Hasta entonces, toca disfrutar de estas estrellas en el terreno de juego, porque, al fin y al cabo, este drama del contrato es solo una parte más del show culé.