El Barça se convierte en el Señor de las Subastas…
El mundo del fútbol es un baluarte de sabiduría casi infinito, pero a veces parece más bien el caos de una subasta de mercado en día de ofertas. Vamos, que a veces el Barça se encuentra más confundido que un pulpo en un garaje. En esta ocasiones, uno de los puntos álgidos fue lidiar con los caprichos del mercado futbolístico mientras el reloj del mercadillo futbolero sonaba más fuerte que una abuela repartiendo croquetas. Pero resulta que esta vez, el Barça ha puesto sus cerebritos a trabajar y, en vez de dejarse llevar por el frenesí de las apuestas, se ha mantenido como un Jedi de la galaxia futbolística: con mente fría y calculadora.
¿Quién es el pequeño Grasshopper azulgrana que se lleva los laureles por esto? ¡Exacto! Ni más ni menos que la estrategia de fichaje que persiguen para obtener a Luis Díaz, el nuevo faro en medio del vendaval. Dentro de este torbellino de ofertas, se nota que han aprendido a evitar las compras impulsivas, dejando las aventuras para los videojuegos. Parece que las exigencias de un futbolista hoy en día son comparables a planificar una misión a Marte, pero el Barça está decidido a no dejarse llevar por los cantos de sirena o por sobornos de golosinas.
Recordemos el fichaje de Joan García, donde ellos fueron tan firmes como un bloque de cemento en una ola de entusiasmo. Al parecer, el Barça tiene la receta de la paciencia y la tostada bien untada, hasta el punto que podrían dar lecciones en una megaconferencia sobre compras mesuradas, ¡compartiendo escenario con Sherlock Holmes si fuera posible! Porque, amigos, por muy tentador que sea, la lluvia de billetes y promesas de jugadores estrella puede evaporarse más rápido que un helado al sol de Barcelona.