Bayern, Musiala y el ‘Grupo del Amiguete’…

¿Cómo es que uno se siente en una feria de ciencia ficción y de repente está viendo un partido de fútbol? Pues eso parece cuando el Bayern Múnich decide jugar a ser extraterrestres y darle una lección de matemáticas al Auckland City. Ellos, con el temple de un jedi y la puntería de Robin Hood, anotaron hasta diez goles en Cincinatti. Si te lo cuentan, es como si Thor visitara un partido del barrio y se pusiera a jugar con su martillo. Vamos, como Messi en el recreo del cole.

Así que ahí estaban, los neozelandeses, con más champús que trofeos en su liga local, pero se fueron del estadio con las articulaciones del orgullo un poco magulladas. ¡Pobres chicos! Algunos dirán que este Mundial de Clubes es más experimental que un plato de cocina molecular. Otros se preguntan cómo no están aquí el Barça o el Liverpool disfrutando de lo lindo, mientras equipos semiprofesionales de Oceanía se comen goles como si fueran rosquillas.

Pero oye, que no cunda el pánico. El Bayern ya ha demostrado antes que hasta al Barça le puede dar azotes en esos raros partidos a puerta cerrada dignos de películas de suspense. Al Bayern lo mismo le interesa fastidiar que disfrutar del fútbol, como esos genios que juegan al ajedrez y dominan dos tableros a la vez. Y si alguna vez os perdéis en este enredo de competiciones, pensad como el Bayern: ¡Todo es un juego hasta que alguien empieza a llevar la cuenta de los goles!