Silbidos, música y una sanción histórica…

Un día de esos en que el fútbol se cruza con la historia, como cuando mezclas colacao con mayonesa. Fue un 14 de junio de 1925 en Les Corts, con el Barça más catalanista que nunca, enfrentándose al Júpiter porque… claro, futbolísticamente tiene más sentido que peores bailando salsa. Cuando una banda de marinos británicos muy WiFi pero poco Bluetooth tocó el himno español, los aficionados decidieron afinar sus pulmones en clave de silbido, algo más afinado que cantar en la ducha, diría yo, y lo que vino después fue como un episodio de La que se avecina pero en tiempo de dictadura. Resulta que amaron más el ‘God Save the King’, y como quien espera su sonajero, ¡de parte al total!

La cosa se puso chunga con el general Miguel Primo de Rivera, que no era fan del club ni de Mercadona parece ser. En un ataque de autoridad poco simpático, decidieron castigar al Barça por seis meses, como cuando te prohíben el móvil por sacar malas notas, aunque el pobre Joan Gamper se llevó la peor parte, desde el exilio hasta San Google lo tiene censurado. Vamos, que en plena Pre-YouTube decidieron castigar al Barça por un malentendido musical, como quien castiga a un pez por no saber trepar árboles.

Pero el Barça, más renacido que un ave Fénix con camiseta blaugrana, resurgió con el rostro cambiado pero el mismo corazón, gracias a socios fieles y donantes fuera del tintero futbolero. Finalmente, el 17 de diciembre de 1925, el club pasó de ‘ni contigo ni sin ti’ a ‘ven acá’ cuando Arcadi Balaguer tomó las riendas presenciales. Como cuando vuelves a casa y encuentras la chocolatina que olvidaste en el cajón, el Barça volvió a reconocer el talento del Orfeó Català en 1931, porque ya saben, la reconciliación entre fútbol y música siempre es tan dulce como ganarle al Real Madrid con un gol en el último minuto.