Un derbi que inició el amor deportivo…

Queridos lectores, sujeten sus bocadillos de chistorra y abran bien el botijo, porque lo que se viene es de película: el día que Goikoetxea confundió a Maradona con una pelota de playa en un Camp Nou que parecía una telenovela. Era un 24 de septiembre de 1983, pero no era un domingo cualquiera… ¡Era el inicio del ‘maraconeo’ entre Athletic y Barça! Adiós al hermanamiento y bienvenido el festival de bofetadas entre suegras árbitros y presidentes con el pecho hinchado.

Nuestra estrella, Diego Armando ‘Pelusa’ Maradona, intentaba arrastrar al Barça a la cima del mundo. Era como si quisieran hacerse la cirugía plástica del balón en una tarde. Pero, ¡zas! Goiko, que probablemente olvidó sus gafas y pensó que aquella brillante cabellera rizada era uno de esos balones nuevos Made in Mar del Plata, decidió hacerle una entrada por detrás que ni en los pasos de Semana Santa. La noticia inundó Europa más rápido que un gol de Messi – y eso que Messi aún no había nacido.

El resultado fue tongo: 18 partidos de sanción para Goiko, que solo pudieron igualarse a las telenovelas más dramáticas, rebaja tras rebaja. Desde entonces, el Athletic y el Barcelona mantienen una relación más tensa que la cuerda de un arcoíris de San Sebastián, salpicada con contratos, coqueteos y más ruido que el motor de un Seat en una tarde de agosto. Lo que está claro, es que en San Mamés aún se oye ecos de ‘¡Gol!’ cuando pasa alguien cantando por la calle.