La charla más filosófica del fútbol…

Cuando Hansi Flick y Lamine Yamal se sientan juntos para una rueda de prensa, podrías pensar que están a punto de resolver el calentamiento global o, al menos, el enigma de por qué la tostada siempre cae al suelo del lado de la mantequilla. Pero no, se trataba de fútbol, ese deporte donde patear la pelota es la mejor medicina para el alma.

Flick, vestido con un traje tan ajustado que podría haber sido pintado en su cuerpo cual superhéroe teutónico, comenzó hablando de la eliminatoria. «Nada de pensar en tropiezos», dijo, mientras un malabarista invisible hacía equilibrios en una cuerda floja sobre su cabeza. Al parecer, cada partido es como una película de acción y, al final, solo sobrevive el que tiene el mejor entrenador personal.

Por su parte, Lamine Yamal, a quien ya se le conoce como ‘el filósofo’ del equipo por sus declaraciones nivel gurú del balón, intervino con la sabiduría de un sabio Simpsons. «Pensar mucho daña el juego», declaró, como si hubiera descubierto el secreto de un universo paralelo. Al parecer, en el fútbol, cuando dejas de pensar, de repente todo tiene sentido, especialmente si el árbitro no está mirando.