De banquillos clandestinos y sagas intergalácticas…
La noche en el Bernabéu fue como una película de ciencia ficción dirigida por un pulpo. El Madrid decidió ‘morir más tarde’, como esos zombis que dan un paso atrás justo cuando vas a apuñalarlos en un videojuego. Con el Barça esperando tomar la Liga más fácil que encontrar arena en el desierto, el Madrid casi lo estropea contra un Mallorca decidido a construir una muralla usando a su portero como si fuera de acero inoxidable. Leo Román fue el muro de Berlín en pantalones cortos, pero terminó cayendo ante las alegres travesuras del dueto Mbappé y Jacobo Ramón, el dúo dorado de la noche, que dejaron el título colgando de un hilo de más suspense que un thriller noruego.
La sorpresa de la noche fue encontrar al seleccionador de Brasil en el banquillo del Madrid. Imagina a Batman de repente haciendo equipo con el Joker para jugar un partido de petanca: nadie sabe cómo ni por qué. Madrid quiere que se largue, Ancelotti ya tiene la maleta en la puerta y Brasil lo muestra como un escudo humano en la Comic-Con. Así es como el Bernabéu desertó de su público, más vacío que una piscina en enero, mientras todos decidieron que el día de San Isidro era mejor pasarlo metido en casa. El único que no fue un fantasma fue Mbappé, quien parece tener un contrato que dice que siempre debe ser el chico de oro, incluso si desaparece más veces que un calcetín en la lavadora durante las eliminatorias.
Con el invierno a punto de empezar y las temperaturas subiendo más que los dolores de cabeza de los directivos, el Real Madrid ya se entretiene soñando con fichajes más fantásticos que un unicornio vestido de torero. Xabi Alonso ya está en el horno, Arnold parece tener el sazón perfecto y Huijsen suena como la mejor receta gurmet para los hambrientos fans. Así que mientras el equipo se prepara para lo que venga, no hay duda de que el espectáculo galáctico continúa, con más intriga y cotilleo que la pasada temporada de ‘Tu cara me suena’.