¡Falsificaciones, fraudes y fútbol!…
Resulta que el Barça no se va a Tokio, ni a Kioto, ni a ese Japón que ya tenían en su GPS. Y es que, como si se tratara de un guion de novela noir, el viaje terminó siendo una ilusión óptica. Todo empezó cuando El Club culé dijo que le cancelaban el vuelo por incumplimientos contractuales más oscuros que los túneles del Camp Nou en un apagón.
Según la historia, Seul Ham, la mandamás de D-DRIVE, lanzó un poderoso ataque verbal cual ninja del marketing acusando al Grupo Yasuda. Al parecer, estos tipos habían entregado documentos más falsos que un diente de oro en la boca de un soldadito de plomo. ¡Tremendo escándalo, señores! Y con grabación de audio incluida, porque ese chisme sonoro vale más que la carta de Messi el día de su despedida.
Con la seriedad de un árbitro repartiendo tarjetas, el Barça optó por plantar bandera y decir: «No jugamos, señores nipones, si no pagan». Mientras tanto, en Corea ya están preparando las palomitas, porque allí sí parecen estar en regla para recibir a estas estrellas del balón. ¿Qué más se puede pedir? Un thriller futbolístico que ni el VAR podría resolver. ¡Próximamente en la Estación del Metro y en sus monitores caseros!