Joan García abandona el nido perico…

Imagina un rompehielos navegando tranquilamente y, de repente, ¡zas! Adiós, rompehielos. Así fue como el Espanyol se despidió de su portero Joan García, con un comunicado tan breve que ni los anuncios del supermercado pueden competir. Los fans periquitos se vieron más sorprendidos que un gato frente a un pepino ante lo conciso del adiós. Joan, sin embargo, antes había hecho su mejor actuación en redes sociales con un vídeo pidiendo paz y amor subacuático mientras levantaba más polémica que un penalti dudoso.

Parece que la tensión se sintió hasta en el último rincón de un vestuario acostumbrado al juego bonito. El Espanyol no quiso negociar, así que el Barcelona tuvo que romper su cerdito y pagar la cláusula como si estuviera comprando una figurita de acción en edición limitada. La afición blanquiazul está que hierve más que un té inglés a las cinco de la tarde porque esperaban que Joan se lanzara a la aventura británica, pero se fue con el archienemigo futbolístico. Las calles de Sallent se llenaron de pitidos cual sinfonía desastrosa en plena hora punta.

Pero tranquilos, queridos lectores, hay final feliz… para el Barcelona. Desde la ciudad condal están más contentos que un niño con pelota nueva. El pintoresco espectáculo que se espera en la presentación del portero promete ser más emocionante que un culebrón, con el Barça sacando el contrato firmado por Joan García como si de una prenda mágica se tratara. Y recordemos que Joan ya se despide rumbo grana, agradecido por los nueve años vividos en el Espanyol, aunque quizá esperaba más de una línea de despedida. ¡Ah, las cosas del fútbol!