Flick pide a la UEFA que saque tarjeta roja al calendario…
Hansi Flick está «más furioso que un mosquito en una tienda de repelentes». Sus futbolistas internacionales vuelven al campo tan descansados como un despertador sin pilas, listos para jugar contra Osasuna. Eso sí, sin Raphinha y Araujo, que han decidido tomarse un respiro más largo que un lunes sin café. Cubarsí, en su papel de estatua en el banquillo, sigue planeando su regreso estelar.
Mientras tanto, Flick lanza indirectas a La Liga, la UEFA y la FIFA, sugiriendo que deberían repartir galletas y leche caliente en vez de fechas de partidos. “Vamos a jugar, sin excusas”, dice, mientras oculta una lista de quejas más larga que un partido con prórrogas. Pero la calidad del equipo es incuestionable, dispuestos a rugir en el campo, aunque al rival le sople el viento a favor.
Desde su trono de simpatía y algo de ironía, Flick aclara que Lewandowski está «más a punto que un bolígrafo nuevo». El misterioso caso de los siete partidos en 20 días está bajo revisión, mientras el cuerpo técnico busca secretos del descanso óptimo. Porque, al final del día, Flick sabe que un Barça con sonrisas y buenos chistes puede llegar más lejos que un lunes sin fiesta.