El Clásico según La Tribu: humor y metáforas…
De la selva a la cancha. Esta mañana desperté con un ataque de inspiración futbolística digna de Jane Goodall y me dije: ¿Por qué no traemos a los primates al campo de juego? Pues mira tú, a Hansi Flick le sobraban bananas de motivación mientras que Carletto sacaba selfies con monos influencers, ¡y eso explica el gran misterio del Clásico! Una liga que parece surgir de un cómic donde el Barça da buenos sustos a todos, mientras que el Madrid parece el villano que termina pisando una cáscara de plátano en la última viñeta.
El Barça, con el mismo hambre que un león tras una dieta de tofu, se ha zampado todo lo que se le puso por delante. Imagínate a Lamine como el Tarzán del fútbol, balanceándose de victoria en victoria con su pandilla de canteranos que ni los Goonies los igualan. Szczesny hasta se ha vuelto como un unicornio, raro y perfecto. Aunque digan que es el peor Barça campeón, por alguna razón seguiremos pensando que es como el camaleón que cambia de color pero nunca pierde su encanto.
Por el lado del Real Madrid, la cosa fue más bien como un sketch de los Monty Python en el que cada intento de gol acaba con un trompazo de esos que deja bache en el césped. Entre Courtois con cara de «¿Dónde está el balón de oro?» y Vinicius atascado en el hangar del glamour, Carletto tuvo que recurrir a un plan B: una TikTok party con baklava y un playlist de Bad Bunny ¡a ver si con movimiento urbano levantamos el ánimo para la próxima temporada! Así que chicos, después de todo, influenciadores o influyentes, parece que el Barça terminó brindando con cava mientras el ogro del Madrid busca sus zapatillas de cristal para volver a tocar el balón.