Fanático nipón pedaleando hacia la gloria…

Si creías que pedalear desde Barcelona hasta Sevilla en bicicleta era como cruzar el Sahara en patinete, espera a conocer la hazaña del fanático japonés Junya. Parece ser que el destino le tenía preparado más que solo un dolor de piernas, ya que Los Buyer, como hadas madrinas del siglo XXI, le invitaron a ver el clásico que puso patas arriba al Estadio Olímpico Lluís Companys.

Y en un rincón del estadio, como un sabio en el Olimpo futbolístico, estaba Julio Baptista. Cuando la grada del Barça gritaba falta más alto que un tenor en una ópera, Julio, con la serenidad de un monje zen y la sabiduría de un árbitro de Monopoly, sentenció: ‘Esto es fútbol, no ballet’. Y lo decía entre risas, como si el antiguo rival merengue se hubiera apuntado al curso avanzado de cómo meter el dedo en el ojo rival con elegancia.

Al final, la remontada hizo que las lágrimas de los culés se convirtieran en un mar de felicidad que ni el mismísimo Moisés hubiera sabido cómo separar. Junya se llevó un recuerdo épico, un cuento digno de contar a sus nietos, y quién sabe, quizás hasta una invitación para la vuelta… esta vez pedaleando en bici eléctrica. ¡Gracias, fútbol, por ser tan maravillosamente loco!