Vinicius vive en las entrañas del alboroto…

¡Atención amantes del bullicio! En las calles de Sevilla, se armó una sonora sinfonía de gritos y desatinos que haría palidecer a una banda de rock fuera de sintonía. Los hinchas del Barça, más emocionados que un niño en un parque de diversiones futbolísticas, decidieron que era momento de poner a prueba sus habilidades vocales con un desafortunado karaoke anti-Vinicius. Vamos, que al ritmo del «Vinicius muérete», parecía que intentaban invocar al espíritu de un árbitro pasado de moda.

Nuestros intrépidos reporteros de la Cadena Ser, con oídos más afilados que un defensa cazatalentos, captaron esta escena digna de una novela de ficción. Allí, en medio de bocatas y cañas, los aficionados decidieron que sus voces debían alcanzar a los dioses del fútbol y algún exoplaneta lejano. Claro, no es que estén celosos del Balón de Oro de Vinicius, solo querían demostrar que sus cuerdas vocales también merecen un premio.

El segundo puesto en el Balón de Oro del brasileño dejó sin palabras a más de uno, pero no a los fanáticos culés. En la fan zone del Barça, Vinicius se convirtió en la figura decorativa más pintoresca desde aquella vez que casi se llevan al Cid Campeador a un clásico. ¡Ah, el fútbol! Donde las palabras vuelan más rápido que balones y el griterío es tan legendario como un despeje olvidado de Pelé.