¡Gil Manzano, árbitro o saco de boxeo!…
En la dimensión paralela donde el fútbol se convierte en un espectáculo digno del Circo del Sol, el Barça-Betis nos regaló una de esas escenas que despiertan las carcajadas del universo. Justo en el epílogo del partido, cuando los espectadores ya buscaban en Google el horario del próximo encuentro, Gavi y Diego Llorente decidieron probar la táctica culinaria del ‘sandwich humano’. Y el ingrediente central, sin saberlo, fue el árbitro Gil Manzano.
La jugada parecía orquestada por un director de comedia: Gavi, con sus botas relucientes, intentaba oponer una contra imparable tras un córner, mientras que Llorente, con la precisión de un ninja torpe, buscaba cortar el avance como si de un tronco se tratase. El resultado fue un choque amistoso que dejó a Gil Manzano en el suelo, como si acabara de rodar un anuncio de colchones. Llorente y Gavi crearon la obra maestra del inmóvil ‘sandwich’ que ningún chef Michelin habría podido imaginar.
Afortunadamente, Gil Manzano demostró ser más resistente que un coche de rally y, tras unos segundos de dolor ornamental más dignos de una telenovela, se levantó para continuar con el partido. Porque si algo hemos aprendido es que, aunque el fútbol es un deporte de contacto, nunca subestimes el amor de un árbitro por su silbato y su inquebrantable deseo de llevar un partido a buen puerto, aunque le toque el papel de víctima entre dos jugadores en este rito culinario accidental.