El rayo alemán volvió a Manchester…

Imaginen a Ilkay Gündogan con el uniforme azulgrana, algo así como un superhéroe que intenta salvar al Barcelona en una sola temporada. ¡De Vengador a Desaparecedor! Nuestro querido Gündogan decidió que, mejor que nebulizarse en silencio, era poner un pie en el universo blaugrana y otro en el de los Citizen. Todo porque el Barça decidió ir por el camino de la economía que haría llorar a cualquier amante del cerdito de hucha.

Imaginemos la escena: Gündogan sentado, con una camiseta del Barça y un teléfono rojo de emergencia que conecta directo a Pep Guardiola. «Hola, Pep, ¡Gündogan al habla!» dice al siguiente día de una charla con su esposa que parecería sacada de una telenovela: «¡Llama a Pep!», le dijo. Y como un obediente personaje de cómic, lo hizo y ¡zas!, de vuelta al Manchester City, donde realmente nunca le dijeron adiós.

Así que nuestro héroe se despide del Camp Nou, con lágrimas de cocodrilo (sin escamas, claro está), mientras le da la mano a Xavi Hernández y le murmura con cariño: «Puede que siempre hayamos sido buenos con las paredes, pero el Real Madrid siempre tuvo la bola de cristal». Ahora Gündogan está nuevamente bajo las órdenes de Pep, quien lo recibe como Superman hospeda a Batman para una noche de parranda.