¡Conquistador del drama horario y del césped!…

Hansi Flick se ha graduado con honores en el arte de la indignación por horarios poco amistosos, su maestría es tal que bien podría crear una nueva liga: la Liga del Despiste Temporal. Reclama que LaLiga se ha convertido en una serie de misterio, pero con el peor guionista del mundo. Quiere ver al que le pone fecha y hora a los partidos, para descubrir si es humano o un genio del caos temporal venido del espacio exterior. En plena trama detectivesca, se pregunta: ¿por qué al sábado a las 21.00 y no a las 16.00? ¿Quizás para poner a prueba la elasticidad de las emociones?

Mientras tanto, Flick y su banda de valientes caballeros del balón, tras una travesía salgada por el despropósito de horarios, se encuentran batallando no solo contra sus rivales, sino también contra el reloj. La situación se asemeja a una versión futbolera de ‘El Día de la Marmota’, donde el descanso es un mito tan legendario como los dragones. Con la semifinal de Champions a la vuelta de la esquina, Hansi intenta desviar la atención analizando encantado la filosofía del Celta, pero sin despegar su lupa de detective de los horarios enemigos.

Por si fuera poco, el míster se convierte en un mimo de las emociones de sus jugadores, que están tan agotados que en lugar de pedir ayuda, sólo pueden imitar a zombis somnolientos. Parece ser que la solución de Hansi para combatir este desmadre es aguantar estoicamente los goles del oponente mientras sueña con momentos de gloria y palmaditas en la espalda. Si el equilibrista calendario los derrota, al menos siempre podrán seguir gritando que sus sinceros desvelos son dignos de una novela de suspense.