¿Champions o un capítulo de comedia?…

Hansi Flick se presentó en el Giuseppe Meazza como un Sherlock Holmes en pantalones cortos y, al final, se fue como el más sorprendido de los detectives: ¡un poco confuso y sin respuestas claras! Según nuestro amigo Hansi, el árbitro tenía un imán para las decisiones al 50-50 versado en el noble arte de entregarlas siempre al Inter. Como si el árbitro tuviera una moneda trucada que solo caía del lado del conjunto italiano.

No es que nuestro valiente héroe Flick esté molesto con su equipo por la eliminación, ¡para nada! El hombre dice estar tan orgulloso que casi se le descuelgan las lágrimas cual grifos. Centinela de la bondad chapada a la antigua, Hansi animó a su equipo como un animador desbocado mientras juraba un dulce retorno para hacer vibrar de emoción al club y a los rivales el próximo año. ¡Y hasta se trajo su bola de cristal!

Por supuesto, Flick no pudo dejar pasar la oportunidad para soltar su comentario estelar de la noche: «No diré lo que pienso del árbitro aquí», como el mago que niega hacer trucos fuera del escenario. Pero algún soplo mágico reveló su plan maestro de ajustar cuentas en la próxima temporada con una resurrección digna de película. El espíritu inquieto del entrenador alemán y su equipo aguardan un nuevo capítulo en esta saga deportiva que parece escrita por un guionista de humor.