El conjuro del técnico alemán contra los colistas…
Si creías que sumar puntos en el fútbol era difícil, Hansi Flick acaba de mostrar que con un poco de magia alemana, digna de Harry Potter en la portería, todo es posible. El Barcelona se enfrentó al equipo que hasta la abuela de 90 años del barrio podría vencer, pero Flick aseguró que los tres puntos son tan preciados como el último trozo de tarta en una boda. «Misión cumplida», dijo, como si acabara de salvar el mundo de un meteorito en llamas.
El encuentro dejó momentos tan emocionantes como un capítulo de telenovela. Gavi se convirtió en el ‘Iron Man’ del Barcelona al no tener lesiones mágicas, mientras Szczesny, el elegido, protegerá la portería en la Champions como si guardase el Santo Grial. Mientras tanto, Dani Rodríguez parece estar entrenando con Rayo McQueen, esperando acelerar su recuperación a velocidad de NASCAR.
Flick, el mago del balón, no dejó espacio para decepciones. Con la valentía de un domador de circo, hizo nueve cambios en el equipo, porque, ¿quién no quiere un poco de caos controlado? Araujo y Christensen danzaron en la defensa, ni Houdini podría haber hecho esos trucos, y Ter Stegen, digno sucesor de Buffon, voló en la portería como Superman en pleno vuelo. Con el fin de la jornada, todos salieron satisfechos, y Flick demostró que liderar el Barcelona es más emocionante que cualquier final de Copa del Calcio.
