Un técnico entre Lamine y Dragones…

Mientras Hansi Flick alarga su contrato hasta 2027, se pasea por las entrevistas como si fuera un mago de Hogwarts, revelando su hechizo para el éxito del Barça: ¡Ganar la Champions! Y no, no es que vaya a usar una escoba voladora para evitar los atascos de tráfico en Barcelona, pero sus intenciones lo llevan más allá del mismísimo Dumbledore del fútbol.

Con un guiño dignificado del mismísimo Gandalf, Hansi rememora esos meses fatídicos de noviembre y diciembre, cuando parecía que el equipo había sido atacado por Dementores. Ni más ni menos que sobrevivieron al enfrentamiento con el Espanyol en el RCDE Stadium, un partido que podría compararse con la última batalla del Señor de los Anillos. ¡Con batallas así, Frodo se quedaría en su casa! Pero el merengue real, según Hansi, fue el choque contra el temido Atlético de Madrid… desde la comodidad del banquillo de castigo. Aun así, echó confeti para motivar al equipo en su camino a la redención.

De la mano de talentos como Lamine Yamal, Hansi ve un futuro resplandeciente, tanto que podría dejar trás de sí las luces de un estadio, ¡literalmente! Aunque el joven Yamal es para él una suerte de Mozart futbolístico, Flick advierte que, como bien sabe todo el mundo menos él, la genialidad sin entrenamiento es como un torero sin capote. Así que preparémonos para el show más esperado desde la llegada de Messi al Camp Nou, pero con más choripanes y menos drama.