Sin maletas ni un lugar donde ir…
Iñaki Peña, el escapista oficial del Barcelona, podría dar clases a Houdini sobre cómo NO salir de un equipo, todo while keeping his cool. El pobre guardameta está atrapado en un bucle tiempo-espacial del fútbol catalán. Hansi Flick, que tiene más guardametas que un partido de Solteros contra Casados, decidió aparcarle al margen y Peña se quedó como ese amigo que nunca te das cuenta que no tiene silla hasta que empieza el juego de las sillas musicales.
Con Joan García fichado y Ter Stegen surcando los aires con más estilo que un superhéroe alemán, Iñaki pensó: «Es mi momento de liberar a mis fans de mi espectacular presencia». Pero la vida es como el Tetris, y él no encuentra la pieza que encaja. Lleva más de una semana intentando partir antes de que el Barça empiece su gira internacional, pero parece que las ofertas juegan al escondite de él.
El Barça se va a Japón y, salvo que inventen un teletransporte de último minuto, Peña estará allí con una camiseta que le pica por su existencia solo durante los entrenamientos. Sin una oferta que levante el vuelo, se quedará mirando los aviones como el niño del cuento de «El Ruiseñor y la Rosa». ¿Complicará el Barça todo este embrollo con una fiesta de «rescisiones birriosas»? ¡Solo los dioses del fútbol lo saben!