Cuando el central se convierte en cómico…

Íñigo Martínez, digno heredero de un cómico de stand-up, ha demostrado que también es un experto lanzador de zascas. Tras el emocionante combate de 90 minutos en la final de la Copa del Rey, donde el Barça venció 3-2 al Real Madrid, el defensa soltó: «Han sido más injustos que el repartidor que nunca encuentra mi casa». La puntería de sus palabras parece más peligrosa que uno de sus cabezazos en el área rival.

El día de la final, mientras el Real Madrid cancelaba entrenos, ruedas de prensa y hasta la reunión para el intercambio de recetas de tortilla española, el árbitro Ricardo de Burgos Bengoechea estaba más nervioso que un pulpo en una fábrica de redes. Entre lágrimas recordó con más drama que un show de telenovela el episodio en el colegio de su hijo. Íñigo, al ver la situación, abrazó al pobre «Richi» cual entrañable compadre, demostrando que el fútbol puede tocar el corazón más que una canción de amor de Juanes.

Para demostrar que es un tío con un par de bemoles, Íñigo felicitó a De Burgos Bengoechea no solo por arbitrar sino por no salir corriendo a la primera de cambio. Según el central, «el fútbol ha ganado», comentario que debería ir en la camiseta de todo equipo. Si el mundo aprendiera del fair play de los árbitros, habría menos líos y más aplausos, porque si Íñigo Martínez lo dice, ¡será por algo!