El equipo digno de un reality show…

¡Sujétense los cinturones, porque los chicos del Inter se enfrentan a un mes que ni en el Grand Prix de la tele! Si ganar al Bayern Múnich fue como encontrar una pluma en un pajar, ahora cada partido es un nuevo capítulo de estos gladiadores italianos que, cual hilo en una Singer, nunca descansan. Con los 29 años del equipo que se sienten como 50 después de cada jornada, el Inter enfrenta un calendario que ni el mejor guionista de thrillers podría haber imaginado.

Imaginen un pelotón de jugadores corriendo como si el balón fuera de oro (y no de plástico, como el que usábamos en el patio del cole) mientras Inzaghi exclama «¡Emergencia grave, sálvese quien pueda!». Esto les pasa si los metes 60 veces al campo al año y les encomiendas desactivar bombas en cada partido. Marcus Thuram lo resumía perfectamente anoche: «Terminamos como zombies… y no exagero, ¡yo sentía que veía a mi abuela en las gradas!», decía tras el épico pase de ronda.

Entre derbis de Coppa, un Scudetto en juego y el Barcelona con sed de Champions, los jugadores del Inter están como concursantes de un reality futbolístico. Olé por ellos, que entre cuentas como las de antes de construir un castillo de naipes, y una deuda post-Covid que es más larga que un domingo sin fútbol, siguen con la sonrisa puesta. Seamos realistas, están vivos en todas las competiciones… por ahora. Que comiencen ya los Juegos del Hambre del fútbol, y que gane el más cansado, digo, el mejor.