Los días decisivos del portero del Espanyol…
Atención amigos del fútbol y fanáticos de las matemáticas aplicadas al balompié: el Espanyol ha creado un sudoku financiero en torno a su guardameta estelar, Joan García. Este portero, que podría detener balones incluso mientras hace malabares de pizzas, tiene cláusulas contractuales que se elevan o desinflan más rápido que una rueda pinchada, dependiendo de un sinfín de variables mágicas.
Imagínate al Espanyol negociando con los clubs: «Aquí no se mueve nadie hasta que descifremos este enigma egipcio en forma de cláusula». Pero lo cierto es que si Joan convoca hasta a su abuela para que lo llame a la selección, su cláusula se podría convertir en el enigma de Esfinge. A día de hoy, su pase vale 25 millones de euros. Pero cuidado, porque si Espanyol sale al campo con la misma determinación que un león con jet lag, logrando el marcador ideal frente a Las Palmas, este chico va a ser más caro que los billetes del metro en hora punta.
La guerra por el portero es tan épica como un derbi de hobbits contra orcos. El Barcelona, armado hasta los dientes con cifras y estadísticas, está en el puesto de control, resbalando lentamente por el resbaladizo tobogán de la espera, mientras el Real Madrid, el Aston Villa y unos cuantos valientes más se relamen con la idea de abrir la cartera, por si hay descuento de Reyes anticipado. Eso sí, no olvidemos que el Espanyol está en un sprint financiero con zapatillas de plomo, así que vender a este guardián de los tres palos puede ser su salvavidas, o al menos, el bote que les permita remontar el río económico.