El viaje inesperado de los canteranos…
Imagina a Ansu Fati, el Houdini del fútbol, haciendo malabares con las expectativas del Barcelona y desapareciendo, puff, hacia Mónaco. Este joven prodigio, destinado a heredar el trono de Messi, ahora practica su magia fuera del Spotify Camp Nou. Su cesión a Mónaco suena como un «hasta luego», más que un «adiós», mientras intenta reencender la chispa que le convirtió en el mago del balón hace unos años. Al igual que muchos antes que él, Ansu no es el único que ha dejado las aulas futbolísticas de Hogwarts, digo, La Masía.
La comedia va más allá, porque La Masía parece un buffet libre de jugadores donde algunos se quedan con hambre. Nico González se escapó a Oporto solo para ver a Manchester City tirar la casa por la ventana por él. Y luego está Abde, que decidió que quería ser el director de su propia película y optó por un papel estelar en el Betis. Mientras tanto, Riqui Puig, con su pase a Los Ángeles Galaxy, parece querer surfear más que jugar al fútbol.
Este lugar, en teoría, elabora a los nuevos superhéroes del Barcelona. Sin embargo, la ‘cara B’ de La Masía es como esa película de superhéroes donde todo el mundo tiene un poder, pero la mitad decide usarlo para hazañas domésticas. Tras nombres como Deulofeu, Munir o Tello, podemos preguntarnos: ¿será un hechizo? La realidad es que no todos los caminos de La Masía conducen al primer equipo, sino a una divertida aventura en la diversidad del fútbol internacional.