La leyenda del futuro futbolístico…

Ay, el pequeño Lamine Yamal, ese terror de defensores que debe haber nacido con una pelota bajo el brazo y un manual de dribles en el pañal. ¡Claro que lo de este muchacho no era un secreto! En ese partido de Champions, el Inter estaba más desorientado que un pingüino en el desierto mientras Lamine hacía piruetas con el balón que desafiaban las leyes de la física. Los que vivieron para contarlo dicen que aquello no fue un simple partido, sino un espectáculo digno de los dioses del Olimpico Culé.

Y es que, señoras y señores, este no es otro debut estrella: Lamine Yamal estrenó botas con el Barça a la tierna edad de 15 años y 9 meses, cuando la mayoría de los chicos de su edad aún están peleándose con los deberes de matemáticas. Menudo debut, que dejaba a los del Betis deseando haber llevado un buen paraguas para protegerse de ese chaparrón de talento. Ah, y luego ese vídeo recopilatorio que publicó el Barça… ni la trilogía completa de El Señor de los Anillos puede compararse.

El secreto del éxito de Lamine es más simple que el algoritmo de un semáforo: hazlo feliz, y verás magia. Según su padre, sólo hemos presenciado un 10% del joven prodigio. Yo digo, si esto es el 10%, preparen las palomitas porque vienen curvas y goles que pueden hacer llorar al mismísimo Messi. En sus palabras: «Cuando disfruto es cuando mejor juego». ¡Así que mientras sea feliz, vamos a tener espectáculo para rato!