El arte de jugar sin pensar (demasiado)…
Lamine Yamal, el chico que seguramente te hace preguntarte qué estabas haciendo a los 17 años, lo tiene todo bien claro: la presión es una excusa para cuando tienes un día malo. «Si solo piensas en disfrutar y pasarlo bien, no hay presión», comenta. Mientras tú sudas con los nervios en una presentación de la clase, Yamal se divierte y planea una Champions.
El joven prodigio ha revelado algunos secretos de su día a día en una entrevista que seguro que no te contarás a nadie, pero aquí va uno: se levanta a las 5:00 de la mañana y se pone las pilas con un poco de electrolitos. Así es el protocolo matutino del nuevo héroe del Barcelona, para quien el Ramadán no es más que un entrenamiento más para la resistencia.
En sus inicios, Yamal era el típico chaval del parque que no sabía cómo dejar de ser un ‘jugón solitario’. «Al principio no pasaba la pelota ni a los perros», bromea. Con amor paterno y algunos recuerdos olvidados como tener que pedir botas prestadas en su primer día en el Barça, ha recorrido un largo camino desde esos primeros regateos contra perros callejeros hasta aterrizar como estrella del Barcelona, aunque sigue esquivando las reuniones de la junta vecinal cual defensa rival.