Las divertidas reflexiones del extremo del Barça sobre los árbitros…

En esta semana loca donde el fútbol parece un segundo plato y los árbitros son los protagonistas del festival, Lamine Yamal se planta y dispara algunas verdades, pero con más gracia que un chiste de culebrón. El talentoso extremo del Barcelona habló en exclusiva con Mundo Deportivo, y aunque su entrevista sale completita el miércoles, ya nos han dejado un adelanto para ir abriendo boca.

Lamine lo tiene claro: ser árbitro es como querer complacer a todo el mundo en Navidad. «Si pitas para un lado, se enfada el otro. Y si nadie se enfada, ¡seguro que se enfada un equipo que ni siquiera está jugando!», comenta entre risas el crack. Para él, los árbitros «hacen lo mejor que pueden», y aunque últimamente se cuestionan hasta los saludos, asegura: «Estamos muy contentos con los resultados, lo que hay es que rascarles un poquito.»

El partido contra el Rayo no fue la excepción, con un gol anulado, un penal de aquí, otro por allá, lo común, vamos. Lamine, más seguro que un gato en una panadería, dijo: «El penalti a Iñigo fue un ABC del libro de penaltis, ¡clarísimo!» Aunque admira la capacidad de cuestionar lo que parece evidente, recalca: «Al final siempre se queja alguien, es una tradición.»

El buen Lamine trató también el tema espinoso de si la plantilla blanca se siente pobre en manos del árbitro o qué. No dejó títere con cabeza: «Cuando íbamos seis puntos por delante, recuerdo el penalti a Koundé en Getafe que se lo guardaron en el bolsillo, y mira cómo ayer sí pitan el de Iñigo. En la Copa del Rey era una de cal y otra de arena para el Madrid, según contra quién jugaran. Esto es un bucle infinito, y yo digo, si ganamos o hacemos el ridículo, Barça, Madrid o Atlético, ¡no nos quejemos tanto!»

Con una sonrisa sarcástica pero sincera, Yamal nos recuerda que el fútbol es para disfrutarlo, y si bien siempre habrá teatro, lo importante es no olvidar el show.