Con palcos vips al estilo beduino…

Joan «Indiana Jones» Laporta se ha escapado a Oriente Medio, no para encontrar la lámpara de Aladino, sino para desenterrar patrocinadores de oro que engrosen las arcas del Barça. Con su sombrero de explorador, el presidente azulgrana está en busca de alianzas que incluyan la locomoción de más palcos vips del glorioso Spotify Camp Nou.

El año pasado, Laporta ya vendió un lote a precio de oro por 100 millones de euros, facilitando el fichaje de Dani Olmo, aunque aún está bajo el hechizo de medidas cautelares. Al parecer, Laporta es un jugador audaz en el mercado de las mil y una noches: si la nueva operación fracasa, el Barça podría quedarse con 28 millones y revender los palcos.

La situación trae ciertas reminiscencias de las aventuras con Libero, pero Laporta, al estilo Alí Babá, asegura que no hay nada que temer; el dinero está seguro en la cueva del tesoro. Además de los palcos, la jaula de grillos en can Barça sigue creciendo: sin suficiencia de «Fair Play» para renovar a Íñigo Martínez, Laporta intenta vender otros tipos de patrocinio, tal vez un colchón de aire con felpa, para amortiguar el presupuesto.

Por lo visto, Laporta juega al Tetris financiero en un mercado exótico, esperando que los príncipes del petróleo se hagan hinchas del Barça. Y a este paso, pronto no será raro ver a los camellos del desierto luciendo camisetas azulgranas. Viva la globalización.