El estridente show de Laporta en el estadio…

Imagina ir a un partido de la Champions y, en vez de recibir trato vip, encuentras tu asiento entre los entusiastas hinchas del Inter. ¡Eso le pasó a nuestro héroe, Joan Laporta! El FC Barcelona terminó tan descontento con el arbitraje de Marciniak que no les hicieron falta goles para indignarse hasta la médula sepultada en el alma futbolera.

Si la vida te da limones, haz limonada, pero en el caso de Laporta, si te dan asientos en la grada pública, pon un poco de salsa al asunto. Allí estaba él, cual estrella de rock rodeada de fans interistas, firmando autógrafos imaginarios a hinchas enfurecidos y esquivando insultos cual pícaro empedernido en un partido de pinball. Solo le faltó un sombrero y gafas de sol al estilo de una película de espías.

¡’Gooooool!’ gritaban Laporta y sus valientes acompañantes, como leones rugientes en un zoológico, especialmente con el tercer tanto, un fugaz momento de triunfo que casi les lleva a Múnich! Al final, se marcharon del estadio cargados de emociones, como si hubieran salvado al mundo del apocalipsis futbolero, con la sonrisa de quien sabe que cada partido es una aventura. ¡Gracias por el espectáculo, Inter!