Un viaje exprés hacia el Atlético…
¡Atención, damas y caballeros del fútbol, porque llegan noticias fresquitas! Clement Lenglet, ese marcador central que más parece un escapista profesional, ha decidido finalmente dejar las sombras del Camp Nou. Tras meses de negociación que se han sentido más largos que un partido de 120 minutos con penaltis, el francés ha acordado hacer mutis por el foro barcelonista. Ahora podrá vestirse de colchonero para sumarse al Atlético de Madrid, justo a tiempo para hacer la maleta y volar a Estados Unidos al Mundial de Clubes.
Imaginen el drama de una telenovela: Lenglet, con un contrato de 16 millones de euros, como si fuese esconder un balón de oro en los calcetines, ha aceptado reducir su sueldo. Y así, cual trapecista de sueldo, ha conseguido desengancharse del contrato del Barça que parecía tener más nudos que un manual de macramé. Barcelona, aliviado, pagará parte de esos 16 millones y todos han dado palmaditas de adiós y bienvenido a la libertad futbolera que ansiaba tanto como un gol en el minuto 90.
El culebrón había empezado hace un año, cuando el Barça, astuto como un zorro, le extendió el contrato repartiendo el salario en dos años con la ilusión de que, llegado este momento, Lenglet emprendiera rumbo a nuevos horizontes. Y así fue, tras una temporada de préstamo moviéndose entre Tottenham y Aston Villa, el Atlético se convierte ahora en su nuevo destino con un contrato firmado con tinta de alegría y tinta de adiós al sueldo desorbitado. ¡A ver si ahora sí logra quedarse más de una temporada en un club!