El Mallorca juega a lo Houdini contra el Barça…

El Mallorca se presentó ante el todopoderoso Barcelona con más bajas que un partido de solteros contra casados tras Nochevieja. Sin embargo, su fórmula mágica fue poner a Leo Román en la portería, quien se convirtió en un muro digno de una entrada de cine de ciencia ficción. Jagoba Arrasate decidió que la defensa era la mejor ofensiva, al estilo de poner una tapa de hierro a un bote de nocilla y rezar para que los culés se rindieran antes de abrirlo.

La primera parte fue de película. A pesar de que Mateu Jaume ya se veía encajado en la portada de la revista «Cracks con Cabeza», su gol fue anulado porque, al parecer, su cráneo tenía un milímetro más de lo permitido. ¡Menudo chasco! Y claro, justo arrancando la segunda parte, Olmo tuvo su momento de brillar y puso el 1-0 en el luminoso. Aun con esta derrota, el Mallorca se mantiene en séptima posición, rozando la gloria europea. Tienen unos días de descanso, que más bien parecen unas vacaciones en Benidorm, para recuperarse y enfrentar los últimos partidos con toda la energía de un niño en un parque de atracciones.

Mientras tanto, Leo Román, después de resurgir cual ave fénix desde Enero, se convierte en el némesis de los delanteros culés, atajando balones como si fueran globos de agua en verano. Tras su actuación estelar, ha dejado a Jagoba Arrasate con una buena ‘papeleta’: decidir quién será el protector de la meta mallorquín en los encuentros que quedan. Un dilema tan complicado como elegir entre pizza o hamburguesa un viernes por la noche.