Un desayuno que se puso más caliente que un derbi…

Imaginen un desayuno con más estrellas del fútbol que una superproducción de Hollywood. Así fue el festín mañanero en la Universidad Camilo José Cela, donde Rafael Louzán, el rey Midas de la Federación Española de Fútbol, dio una cátedra sobre cómo hablar de fútbol mientras los cronistas aún masticaban su tostada. Recordó a José Ángel de la Casa, más inolvidable que el marciano de ET, y anunció un premio periodístico en su honor, como quien regala una estrella al cielo deportivo.

Entre píldoras de sabiduría y copiosas lágrimas por las cebollas que seguramente cortaron en la cocina, Louzán disertó sobre los árbitros. Al parecer, el modelo de arbitraje es tan anticuado que el fútbol aún lo guarda como reliquia, al lado del calzoncillo de superhéroe de su primer campeón. Y lo de la violencia verbal es más preocupante que un penalti en último minuto, dice Louzán. ¡A calmarse, hinchas, que los árbitros también tienen sentimientos!

Sobre el Caso Negreira, se escuchó un épico «¡Algo hay que hacer!» de Florentino Pérez. Y así, mientras Louzán pone rumbo hacia el Mundial 2030 como si fuera a lidiar con una galaxia desconocida, el fútbol femenino y el VAR ganan tecnología para pasar de los álbumes de estampitas al holograma. Todo esto mientras Arabia Saudí, con más brillo que el anillo de un jeque, se queda con la Supercopa. ¡Menuda transición de desayuno a espectáculo futbolístico!