Del resbalón a la inspiración blanca…

¡Quién lo diría! Perder una final de Copa es como resbalarse y caer encima de una caja fuerte llena de oro. Eso le pasó al Real Madrid en su duelo contra el eterno enemigo, ¿acaso estarán ensayando para la próxima película de Piratas del Caribe? Mientras los madridistas lloraban en La Cartuja, por alguna extraña magia, en los vestuarios, los jugadores se sintieron como superhéroes recargando fuerzas con rayos gamma.

Carletto Ancelotti, en un intento de defenderse, pareció haber usado un memo de «cómo sobrevivir a un apocalipsis futbolero», pero fue cuando el plan fantástico de «¡allá vamos, sin miedo!» salió del bolsillo secreto de su chaqueta. El Madrid atacó como si estuviera cazando Pokémons. Sin embargo, terminaron más mareados que un giroscopio después de los errores del equipo.

Por su parte, el joven mago disfrazado de futbolista, Lamine Yamal, anunciaba que este año ganaban el segundo trofeo como quien anuncia que ha encontrado el Santo Grial. Y mientras tanto, los madridistas se secaban las lágrimas y planeaban su próxima aparición súper controlada. Suena a película taquillera, pero el futuro «Partidou» lleva por nombre: Madrid versus Suspenso Nocturno. ¿Está listo el Barça para enfrentarse a un elenco renovado de superestrellas-futbolistas-tumbalíderes? Veremos si no acaban todos haciendo la conga de la victoria en Montjuic.