El prodigio francés deja a Lewandowski boquiabierto…

Kylian Mbappé, aquel chico al que le bastan 5 minutos para hacer más destrozos que un elefante en una cacharrería, demostró que se está tomando muy en serio eso de ser el pichichi. Vaya manera de comenzar la fiesta en Montjuic con un doblete relámpago que dejó a Lewandowski más pálido que cuando ves una tarjeta roja. Y, por si fuese poco, nuestro querido Kylian decidió llevarse a casa un hat-trick. Como un auténtico ninja del área, se deshizo del pobre Szczesny una y otra vez.

En el Madrid no sabían si dejarle los penaltis a Güler, a Vinicius o a un pulpo psíquico. Pero claro, luego aparece Mbappé con esa sonrisa de «tranquilos, lo tengo controlado» y lanza el balón a las redes con la precisión de un reloj suizo. Incluso utilizó a Güler como un maestro del despiste para engañar a la defensa azulgrana. ¿Un golpe de genio? ¡Sin duda!

Y Vinicius no podía quedarse atrás, porque con lo de copiar el gesto de «calma, calma» de Cristiano Ronaldo, parecía estar en un concurso de imitadores. El Barça, por su parte, pedía falta en un robo antecedente al glorioso contragolpe que casi destrona a Szczesny una vez más. Pero ojo, que en la segunda parte, todos andaban tan perdidos como un pulpo en un garaje, hasta que el mismo Mbappé decidió que ya era hora de convertir el campo en su lienzo personal y clavó el tercero. ¡Pipí-papá! El nuevo líder del pichichi ha hablado.