Un agente en Barcelona y no es James Bond…
¡Atención, extraterrestres del balón y mortales del sofá! Jorge Mendes ha aterrizado en Barcelona en su misión más épica desde que negoció el fichaje del astro de Saturno. El todopoderoso agente ha llegado para discutir la renovación de Lamine Yamal, el chico maravilla que todavía no puede conducir pero podría lanzar penaltis desde su triciclo. El club azulgrana tiene los nervios más tensos que el pantalón de Hulk, ya que el contrato debería estar cerrado antes de que nuestro joven héroe sople 18 velitas y oficialmente deje de ser un adolescente rebelde.
Mendes, al que solo le falta un martillo como Thor para ser el dios de los agentes, se reunió a solas con Lamine Yamal para trazar un plan maestro. La misión: convencer al Barcelona para que le dé una paga que no provoque un colapso galáctico en las arcas del club. Mientras tanto, en una cueva secreta del Camp Nou, Deco, el doble secreto de Bruce Wayne, asegura que la negociación va viento en popa y que los sueldos no deberían dejar al Barça comiendo solo macarrones. ¡Menuda telenovela futbolera!
Y por si eso no fuera suficiente, nuestro querido Deco, que parece tener frases motivacionales tatuadas en el hombro, dijo que un jugador debe ganar lo que merece, mientras el Camp Nou entero aplaudía como público de concurso. Al parecer, Lamine Yamal no está pidiendo la luna, solo está lanzando su satélite de talento al universo futbolístico. Así que ya saben, queridos lectores y fans de los culebrones balompédicos, ¡a seguir atentos a esta saga porque promete más giros de trama que una peli de espías!