El Maestro Jedi del Balón…
Imagina a Modric como el Gandalf del fútbol, el mago del balón, haciéndolo desaparecer y aparecer como si nada. Cada pase es tan perfecto que podría hacer llorar al Mona Lisa. ¡Sí, sí, señores, preparen sus pañuelos y marquen en el calendario el día que tuvieron la suerte de ver una magia tan deslumbrante en el campo! Pero el tiempo pasa, y como diría el filósofo del barrio: «Las cosas buenas pasan rápido, como el wifi gratis».
El mundo entero está en un estado de histeria colectiva porque a este genio croata se le va acercando la hora de apagar su varita… digo, sus botas. Si los extraterrestres vinieran a ver un partido, seguramente se preguntarán: «¿Cómo es posible que ese chico de cabello dorado no tenga un OVNI en el garaje?». Mientras algunos mortales calculan la velocidad del viento en las matemáticas, Modric resuelve ecuaciones con un taco del pie cual Albert Einstein del césped.
Pero todavía hay esperanza, porque Modric tiene un sueño: ¡llegar al Mundial y dejarnos boquiabiertos una vez más! Como dice la abuela antes de Navidad: «¡Hasta que no llegue la carroza, yo no guardo el turrón!». No sabemos si tenemos billete directo a este espectáculo galáctico, pero incluso Rocky Balboa le daría una palmadita en la espalda y le diría: «¡Sigue adelante, campeón!».