El increíble retorno de Nico Williams…
Si un graffiti reviviera a la Mona Lisa, diremos que el mural de Barakaldo trajo de regreso a Nico Williams con la precisión de un mago del arte. Nuestra estrella pelotera, que había sido borrada vilmente del mural, apareció como un conjuro hecho por el Merlín del aerosol, el mismísimo Carlos López. El retorno de Nico a la pared fue la noticia más emocionante desde que los campos de fútbol aprendieron a vibrar al ritmo de los goles. Se podría decir que el graffiti borrado fue como una taza de chocolate humeante que se vuelca en la mesa: un desastre. Pero aquí estamos, con el mural nuevamente brillando como un faro en el mar.
El misterioso acto vandálico que borró a Nico fue una combinación entre el misterio de un libro de Sherlock Holmes y una pesadilla futbolera. El mensaje dejado en el lugar del rostro decía: «Vete o quédate. El respeto lo has perdido». Fue una situación tan incómoda como ver un penalti tirado al espacio, porque justo Nico está con un pie en el Barça y el otro aún con sus colegas del Athletic. La repintanda fue más esperada que el penalti decisivo en una final de mundial.
Defendiendo la imagen de Nico, el Athletic y su hermano Iñaki se lanzaron a las redes como superhéroes en capa roja. El club publicó un comunicado más afilado que los tacos de un delantero en plena sprint, declarando que borrar a un león es cosa de cobardes. Pero fue Iñaki quien resumió el asunto con magistral arte: «Detrás de una falta de respeto anónima, siempre hay alguien demasiado pequeño para dar la cara». Como diría el filósofo, ‘si borras a uno de los hermanos Williams, te arriesgas a recibir un regate en toda la cara’.