Fecha del clásico: el dilema del calzoncillo …

Fans del fútbol, prepárense para un espectáculo de trapecistas sin red. El Barça-Osasuna finalmente ha encontrado un hueco en la apretada agenda futbolística. ¡Sí, señores, el 27 de marzo es la fecha elegida, justo antes de la siguiente jornada de liga! En La Pizarra, el debate estaba más caliente que una sartén en pleno verano.

Alejandro Segura estaba indignado como gato al que le pisan la cola. Dijo que «en el Barça están cabreadísimos» porque ni Rafinha ni Araújo, dos de los capitanes, podrán estar debido a su cita con sus selecciones. Saquen las palomitas, porque ahí hay drama para rato. Pero Elías Israel advirtió que cambiar la fecha podría ser como intentar meter un elefante en un Mini Cooper: «¡podría adulterar la competición!».

Mientras tanto, Javi Lázaro suspiraba sobre la inexistente «tercera vía». Al parecer, el dilema es más confuso que un cubo Rubik hecho de chicles. Mónica Marchante, con la sabiduría de una abuela que ha visto todos los partidos, coincidía en que, aunque perjudique al Barça, es por el bien del fútbol. Al final, el partido debe jugarse, aunque sea corriendo detrás del balón como pollos sin cabeza.