¿Futuro? Mejor pensar en la fiesta…
Mientras todavía resuenan los ecos del festival azulgrana, Pau Víctor ya está calculando los pasos de baile que usará en la última jornada contra el Athletic. A falta de una bola de cristal para prever su futuro, el delantero nos ha dejado claro que lo más importante es llevarse los tres puntos de Bilbao. Eso sí, como buen futbolista, su ambición es comparable a la de un superhéroe que quiere conquistar el mundo… pero antes, ¡un pasito a pasito, suave suavecito!
Este espectacular jugador llegó al Barça como quien se apunta por error a clases de yoga avanzadas: sin saber dónde se metía. Tras 189 minutos en el campo, menos que un serie de Netflix, y dos goles que celebró como si fueran el descubrimiento del viaje en el tiempo, Pau está expectante. Eso sí, entre tanto lío del fair play, no ha perdido su sentido del humor. Y nos dice con sonrisa incluida: «Ya hablaremos con el club cuando toque, que tenemos muchas cosas que decidir, como si comprar sandía o melón.»
Después de girar la ciudad en la rúa cual estrella de rock, Pau casi pide autógrafos, no da autógrafos. Ha vivido celebraciones más largas que una lista de espera en urgencias y todavía quiere más. Cada gol, festejo y caminata por la avenida fue una ovación para él y un regalo para los aficionados. Porque, al final del día, ser una estrella de fútbol es como ser una estrella de mar: ambos brillan, pero el primero tiene más patrocinadores y contratos que escribir.