Cómo empezó todo: De mochilero a estrella…

Érase una vez un jovencito que desfilaba por la recepción del Gran Canaria con una mochila cargada de sueños… y botas de fútbol. Así es como Javi Castellano recuerda su primer encuentro con el fenómeno llamado Pedri. Su memoria podría ser como la de un pez, pero conocer a quien más tarde se convertiría en un crack del fútbol profesional es un recuerdo que permanecerá intacto hasta que gane al menos tres campeonatos de petanca.

Pero, ¡oh, sorpresa! Para llegar a ese momento estelar, tenemos que retroceder un poco. Desde el departamento de cantera, Ángel López había puesto el radar sobre este joven prodigio y, cual Nostradamus del fútbol, predijo que Pedri rompería por completo en el mundo profesional. Al parecer, sus dotes proféticas no fueron apreciadas de inmediato, ya que sus comentarios causaron un pequeño “terremotillo” administrativo dentro del club.

Pepe Mel, al escuchar el nombre de Pedri, hizo oídos sordos a las intrigas burocráticas porque, vamos, sus entrenamientos ya tenían el valor de una película de acción. Era como ver a Bruce Willis salvando el mundo, ¡pero con un balón en los pies y mucha más melena! Cuando salió a jugar de comodín y dejó boquiabiertos a sus compañeros, el vestuario entero supo que estaba ante una joya en bruto… y ellos, pobrecillos, aún tiesos de la pretemporada.

Y así llegó la famosa frase de Pepe Mel durante un juego amistoso: “Este niño es millonario y no lo sabe”. Sus rivales sólo podían detenerlo con faltas, como si intentaran atrapar a un fantasma en pleno Halloween. Era como ver a un adulto jugando al escondite con niños, pero nunca el adulto parecía ser Pedri, claro está.

La historia encantada de Pedri y su paso a estrella profesional se ha escrito en oro, o en este caso, en títulos. El chaval que una vez ocupó el banquillo es ahora un pilar fundamental que lleva el ritmo del actual líder de LaLiga. Tras haberse perdido algunos partidos por lesiones, este sábado regresa al Gran Canaria con un bagaje repleto: Liga, Copa del Rey, Supercopas, Nations League y Eurocopa llenan sus vitrinas personales.

El niño de las botas en la mochila ha cambiado esa misma mochila por trofeos, y aunque sus compañeros de antaño aún se pellizcan, convencidos de que vivieron el inicio de una leyenda, el ‘niño’ sonríe desde lo más alto del Olimpo futbolístico. La próxima vez promete venir no solo con botas en la mochila, sino con espacio para más trofeos, por si acaso.