Pep confiesa: «¡En España me habrían despedido!»…

Si creías que el año de Pep Guardiola al mando del Manchester City fue como un paseo por el parque, piénsalo otra vez. Con más caídas que un monopatín en una carretera de guijarros, Pep fue descalificado de la Champions más rápido que un caracol en patines al enfrentarse al Real Madrid, mientras que la Copa de Liga y la FA Cup también le dijeron «Adiós, Pep, ¡mejor suerte la próxima temporada!». Y no, no fue un espectáculo para recordar. Terminar tercero en la Premier fue como escapar por los pelos en un partido de piedra, papel o tijeras donde siempre eliges «papel». Pep dijo entre risas nerviosas: «Si fuera en España, ya me habrían empacado mis maletas en octubre».

Pero ojo, no todo son lágrimas de cocodrilo. Pep se tomó un café metafórico con Carlo Ancelotti diciendo, «Solo a él le va tan bien que después de ganar todo, se va a entrenar canarios en Brasil o algo así. La paciencia aquí en Inglaterra es tan rara como un gol ilegal del árbitro». Guardiola, el filósofo del fútbol, está convencido de que hasta que no invoque a un genio como Messi otra vez, seguirá en Inglaterra aprendiendo el humor británico.

Cuando de jóvenes prodigios hablamos, Pep se entusiasma como un niño con zapatillas nuevas. Lamine Yamal es su pequeño genio, aunque no al nivel de resurrección futbolística de Messi. «Es tan inteligente que da un pase y descansa tanto tiempo que podrías organizar una siesta colectiva», bromea Pep, impresionado con el joven Jedi del balón. Mientras tanto, seguimos esperando si un día Lamine hará levitar el balón con la mente.