La muñeca del diablo brasileño…

¡Atención, terrícolas del fútbol! Raphinha, el hombre que transforma vendas en armas secretas, desafió las leyes de la física balompédica marcando el tercer y cuarto gol del Barcelona. Imaginad un explosivo tintineo de gol de esos dibujos animados cuando el balón cruza la línea de gol. Gracias a un pase de Pedri, que más que un futbolista parecía un tejedor de órbitas en el cosmos de los goles, Raphinha se plantó frente a Courtois con la determinación de un gato persiguiendo un láser.

La euforia se esparció por el campo como si hubieran soltado mil globos de helio y todos los jugadores fueran a subir al cielo. Todo el Barcelona se amontonó sobre Raphinha, generando más efecto dominó que una partida de fichas. Y es aquí donde la comedia se transforma en misterio, porque cuando el brasileño se quedó a solas con sus pensamientos, señaló su venda como si esa muñeca escondiera un mapa del tesoro. ¿Oculta acaso un contrato secreto con el gol?

Algunos sugerían, con más locura que un sombrero de copa lleno de conejos, que estas vendas eran la fuente de sus poderes arácnidos. Pero fue Pau Víctor, el filósofo risueño del equipo, quien despejó las dudas con emoticonos de carcajadas digitales. Sin embargo, Raphinha prefirió contestar a lo grande, repitiendo su gesto venteado en el cuarto gol. Su muñeca envuelta ha protagonizado más especulaciones que un político en campaña, convertida en el nuevo rockstar del Camp Nou.