Empieza la novelaza del fútbol español…
Parece que la relación entre Marcus Rashford y Lamine Yamal es digna de un culebrón al estilo Barrio Sésamo con tacos de fútbol de por medio. Rashford, con más elogios que un abuelo hablando de sus nietos, no ha parado de alabar a Lamine, casi como si estuviera escribiendo sonetos en el túnel del tiempo. El joven canterano no ha tardado nada en hacer un juego de corazones en las redes sociales, dando su ‘like’ a la foto de Rashford con más rapidez que el WiFi del Camp Nou.
Rashford, ese mago del sprint y los selfies aéreos, ha aterrizado en Barcelona cual mesías moderno en su avión dorado. La Ciudad Condal le recibe con los brazos abiertos y mañana podría estar dándole con el balón en la cabeza a sus nuevos compañeros. Todo esto antes de que se oficialice su fichaje. Se rumorea que, si todo va bien, el miércoles podría ser el día D del drama futbolístico.
Lamine, la futura estrella de Marvel pero en versión azulgrana, ha provocado más comentarios que las tortillas de patatas con cebolla. Exaltado por Rashford, el inglés ha soltado más halagos que arena en la playa de la Barceloneta. Y parece que su sueño de jugar con Lamine está más cerca que nunca, con una cesión que podría materializarse más rápido que un feo en una boda.